Me llamo Kiko, soy un yorkshire de menos de 3 años al que dejaron
abandonado atado a una cuerda en la verja de una farmacia de un pueblo
de Toledo. Mi caso es un claro ejemplo de que en este país se abandonan
animales de todo tipo, seamos de raza o no.
Cuando me recogieron tenía todo mi pelo lleno de mugre y nudos, prácticamente no se me veían ni los ojos....
Me entregan con contrato de adopción, desparasitado, vacunado, microchip, castrado y test de leishmania.
No hay comentarios:
Publicar un comentario